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miércoles, 28 de enero de 2015

GRANADA LO TIENE TODO: LA CUEVA DE LAS VENTANAS.PIÑAR.

La población de Píñar se localiza en la Comarca de los Montes, a una altitud de 932 metros y a 45 km. de Granada capital y sobre 10 km. de la población de Iznalloz. Con una superficie de 126 km2 y unos 2.230 habitantes de hecho cuya economía se basa primordialmente en el cultivo del olivo y ganadería. Las fiestas patronales en honor a Santa Mónica se celebran del 3 al 5 de mayo.
En sus inmediaciones se localizan las ruinas de un castillo árabe del siglo XV, declarado Monumento Nacional y que fue una importante fortaleza en tiempo de los Reyes Católicos.
Junto a la Cueva de las Ventanas se localiza otra importantísima cavidad La Cueva de la Carigüela que sirvió de refugio al hombre del Paleolítico Medio, en su interior aparecen restos de un cráneo de Neanderthal, siendo uno de los yacimientos musterienses más importantes descubiertos en suelo andaluz.
De igual manera las excavaciones en esta cavidad han aportando importantes restos de la Cultura de las Cuevas (Neolítico) y de la edad del Bronce. De igual manera se localiza una estación de arte rupestre Cueva Meye, con arte esquemático. Y por último citar la Cueva de Pagarrecio cavidad de gran desarrollo muy utilizada para la práctica de la Espeleología.
En la población de Píñar se pueden encontrar varios establecimientos de restauración cuya especialidad es, entre otras, las carnes a la brasa. La cooperativa Santa Mónica en su almazara produce excelentes aceites envasados bajo los nombres de Castillos de Píñar y Las Ventanas. Un museo etnográfico, una granja escuela y talleres relacionados con varias actividades de la prehistoria (talla de sílex, hacer fuego, cerámica, etc.) y varios hostales donde poder pasar la noche .
La Cueva de las Ventanas con un desarrollo de unos 1200 metros, es una de las más espaciosas de la provincia de Granada, presenta una serie de galerías y salas abiertas a favor de fracturas y juntas de estratificación por donde el agua al pasar ha ido esculpiendo sus paredes, siendo posible ver grandes espacios subterráneos. Las zonas más profundas, unos 30 m., en épocas de lluvias se inundan impidiendo el paso por ellas.
De los 1200 metros, tan solo se visitan unos 500 metros, localizados en las partes altas de la cavidad, con bellos ejemplos de formaciones calcáreas (gours, coladas, estalagmitas, columnas, etc.)
Tres aberturas localizadas en un gran plano de falla, dan paso a la primera sala de sesenta metros de longitud, donde se puede apreciar el relieve de la roca esculpida por la acción del agua. Al fondo se entra en un estrecho corredor, el Pasillo, lleno de cúpulas y recovecos, utilizados en la prehistoria para realizar enterramientos. Este estrecho pasaje da acceso a la Sala de los Desprendimientos; el camino serpentea para esquivar grandes bloques caídos del techo y columnas, para entrar en la Sala de las Piletas, de unos treinta metros de diámetro, adornada por estalactitas, estalagmitas y bellas coladas. En uno de sus márgenes se abre el mirador conocido como el Barranco Grande, de unos veinte metros de profundidad .
Se continúa rodeando la Sala de las Piletas hasta llegar a una pasarela metálica que accede a una gran cornisa, El Puente, donde se ven arcos de roca natural en una enrevesada galería conocida con el nombre de Sala de las Columnas, llena de precipicios y magníficos ejemplares de colgaduras estalagmíticas. En esta cornisa el paisaje subterráneo es espectacular, pues queda realzado, al fondo, por el contraluz de los rayos solares que entran a través de las ventanas de la Sala de Entrada. De la cornisa se desciende por una serie de rampas metálicas en el interior de un barranco para entrar por una ventana de la pared opuesta a la cornisa a un camino que asciende en zig-zag, conocido como Cuesta e la Lluvia, que nos lleva a la Sala de los Priores, por las dos grandes estalagmitas que se localizan en ella. En el techo se abre una ventana a un piso superior conocido como la Cerería y Sala Londres; se cierra el circuito de la visita retornando de nuevo a la Sala de Entrada, tras recorrer unos quinientos metros de salas y galerías.
El recorrido está perfectamente urbanizado y libre de riesgos para cualquier visitante, al carecer de barreras arquitectónicas. Posee una instalación eléctrica ornamental que permite contemplar el paisaje subterráneo en todo su esplendor. A la vez dispone de otra instalación de emergencia que evita posibles apagones, garantizando una salida segura. La temperatura en su interior es de unos 13º C y una humedad del 100% durante todo el año, dando una sensación cálida en invierno y fresca en los meses cálidos.
El tiempo estimado para el recorrido es de unos sesenta minutos y está especialmente recomendado para centros escolares, por sus cualidades didácticas en las unidades de la prehistoria, se puede visualizar, a través de instalaciones a escala real situadas en el recorrido, la ocupación de la cueva a lo largo del tiempo, tanto por la fauna, actualmente desaparecida, como por el hombre. Así el visitante podrá contemplar desde un cubil de hienas hasta un enterramiento del Neolítico, pasando por diferentes maquetas de talleres del hábitat prehistórico .
Gracias a los vestigios localizados en la cavidad, podemos determinar que la cueva de las Ventanas fue visitada y ocupada desde el Paleolítico Superior hasta nuestros días, pasando por ella el hombre del neolítico, el de la edad de los metales, íberos, romanos y árabes.
Una de las primeras referencias escritas narran que don Manuel Gil visita la cavidad en 1839 y su amigo el profesor de la Universidad de Granada. Montells y Nadal publica en 1841 una descripción muy detallada. En el diccionario de Madoz (1850) aparece como Cueva de las Campanas y cita: "Hay una cueva de gran magnitud y caprichosos adornos cristalinos que admiran los viajeros". A finales del siglo XIX Fajardo realiza un dibujo a plumilla de la galería principal, la primera imagen que se conoce de la cueva; se publica en una guía de Seco de Lucena en 1912.
En los años 20 fue visitada por Obermaier, quien pone de manifiesto la importancia arqueológica de la zona, y comenta: "La extensa y profunda Cueva de la Campana de Píñar... encontróse en su interior un cementerio neolítico, pero ha sido totalmente desenterrado y destruido...". Igualmente; Breuil la visita recolectando fauna para su estudio.
En los años 50 El Grupo de Espeleólogos Granadinos comienza las exploraciones de la cavidad, realizando el levantamiento topográfico a principio de los 80.
Desde 1999 el Ayuntamiento de Píñar gestiona la Cueva de las Ventanas, que es la primera cavidad turística de Granada y sin barreras arquitectónicas.

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