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domingo, 24 de febrero de 2013

UNA BALA,UN SOLDADO Y UNA JOVEN EMBARAZADA

El 14 de noviembre de 1874 en la localidad estadounidense de Vicksburg el doctor T. G. Capers publicó un artículo en el “American Medical Weekly” en que daba fe de haber sido testigo de un hecho que le cambio la vida.
Todo sucedió en la batalla de Raymond, junto al río Mississippi, (Guerra Civil Americana) el 12 de mayo de 1863. El doctor participaba en la batalla como cirujano cuando llego a la posición de un soldado que casualmente conocía y que estaba herido de bala. La bala le había atravesado el escroto arrancándole casi de cuajo el testículo izquierdo. Mientras en una casa cercana, y entre el sonido de los disparos, el doctor escucho los gritos de lo que parecía ser una chica. Al acercarse a ella, una joven de 17 años, se percató de que también se encontraba herida de bala en el abdomen.
Seis meses después el doctor volvió a Raymond y allí se encontró con que la chica herida de bala estaba embarazada, aunque tras hablar ella le reconoció que no lo entendía, pues aseguraba no haber tenido relaciones con varón alguno.
El doctor obviamente no creyó en su virginidad hasta tres meses después, al cumplirse los nueve meses de embarazo.
En el parto la chica, que seguía dando por hecho su virginidad, dio a luz un niño de más de tres kilos y medio en una operación que no tuvo complicación. Pero el niño no dejo de quejarse desde su nacimiento y semanas más tarde el doctor Capers opero al bebé. La operación se realizó sin problemas pero el desenlace fue el menos esperado por los que allí se encontraban. El niño tenía dentro de su cuerpo restos una bala, una bala igual a las utilizadas por el ejército enemigo en la batalla de Raymond, una bala igual a la que había arrancado el testículo de su amigo.
El doctor no pudo llega a otra conclusión, si la chica se declaraba virgen y su amigo había perdido un testículo, y los dos se encontraban en la misma trayectoria de la bala, esta había dejado embarazada a la muchacha.
 Aclarada la "virginidad" de la joven faltaba notificar su paternidad al soldado, cosa que hizo el doctor.
 El militar no tardo en acercarse al ver a su supuesto hijo y a la madre. Flechazo o bala aquello termino en boda con el resultado de más hijos, esta vez sin proyectil por medio.

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