La isla de Zanzíbar es conocida por multitud de personas por ser el lugar donde nació, en 1946, el cantante y líder de la banda de rock 'Queen', Freddie Mercury. Pero en los libros de historia también figurará no por este hecho, sino por ser el lugar donde se libró la guerra más corta de la historia.
Zanzíbar jamás había sido independiente, a excepción de unos pocos meses entre 1963 y 1964. Desde su descubrimiento por parte de los persas, la isla siempre había estado sometida a uno u otro régimen colonial o protectorado de múltiples países.
En la última década del siglo XIX, el Imperio Británico decidió conceder cierta libertad nombrando los visires que debían ser elegidos para gobernar en la isla. También contaban con la inestimable colaboración del Sultán de turno y este solía tener una disposición absoluta hacia las peticiones de sus protectores coloniales.
En 1893, el Sultán Hamad ibn Thuwaini tomaba las riendas de la colonia siendo un hombre de total confianza para el Reino Unido. Su buena relación con Gran Bretaña hacía que la isla fuese uno de esos lugares donde se vivía en una placidez absoluta.
Los británicos aprovisionaban Zanzíbar y eran correspondidos teniendo un enclave táctico en el Océano Indico, al este del continente africano.
Pero no todos los habitantes de la isla estaban conformes con el estilo de vida que les había tocado vivir y no toleraban de buen agrado el formar parte de un protectorado británico.
El 25 de agosto de 1896, pilló por sorpresa la repentina muerte del Sultán Hamad ibn Thuwaini y los representantes británicos se apresuraron a elegir al que debía ser fiel sucesor, Hamud ibn Muhammad, con el que ya habían llegado a un total acuerdo de colaboración, favoreciendo plenamente los intereses de la corona británica.
Pero no contaban con un elemento discordante en todo este proceso: Khalid ibn Barghash, primo del fallecido, que no estaba dispuesto a que la isla siguiese siendo una colonia del Imperio Británico.
Khalid ibn Barghash se atrincheró en el palacio que pertenecía al sultán y desde allí formo un pequeño ejército compuesto por el HHS Glasgow, el barco del sultán armado adecuadamente, y 2.800 ciudadanos dispuestos a luchar por la independencia de la isla.
La respuesta británica no se dejó esperar y dio un ultimátum al golpista y sus colaboradores en el que los instaba a deponer su actitud y abandonar el palacio en un plazo que expiraba a las 9 de la mañana del 27 de agosto.
Barghash intentó negociar con los británicos a través de representantes norteamericanos que se encontraban en la isla. Mientras tanto, situó cinco naves de guerra de la Royal Navy frente al palacio del sultán.
A pesar de que seguía habiendo negociaciones a través de los representantes, a las 9 de la mañana del 27 de agosto de 1896, los barcos de guerra británicos comenzaron a disparar contra el palacio y el HHS Glasgow. Tras 45 minutos de intenso fuego y el hundimiento del yate del sultán, Khalid ibn Barghash se rindió, huyendo hacia el consulado alemán, donde se escondió y pidió asilo.
Tras este incidente, que pasó a formar parte de la historia como el conflicto bélico de más corta duración, Hamud ibn Muhammad fue nombrado sultán bajo el beneplácito del Imperio Británico, a quienes estuvieron vinculados como protectorado hasta el año 1963, en el que tras unos meses de total independencia pasó a formar parte de Tanzania.
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