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sábado, 16 de febrero de 2013

MI GRANADA: LA PUERTA MONAITA

La ciudad de Granada en época islámica estaba defendida por una cerca que la rodeaba por completo, aislándola del exterior y haciendo casi imposible su acceso, que se realizaba mediante una serie de puertas localizadas en los puntos estratégicos. Lamentablemente la mayor parte de la muralla y sus puertas han desaparecido debido a las grandes transformaciones que ha sufrido la ciudad y los restos que se conservan se reducen a algunos lienzos y puertas de acceso, entre ellas la llamada Puerta Monaita. Bab al-’Unaydar, conocida popularmente como Puerta Monaita, está situada casi en línea paralela con la Puerta Elvira, en la parte superior de la cuesta de la Alhacaba.
Ésta se convirtió en punto neurálgico de la ciudad musulmana como indica la monumentalidad con que fue construida. Estamos hablando del principal acceso a la Alcazaba Vieja, como cita Torres Balbás (TORRES BALBÁS, 1985: p. 604). Al igual que las demás puertas existentes, probablemente se cerraba por la noche por motivos de seguridad, dejando la ciudad con su alcazaba incomunicada con el exterior y más protegida Su estructura destaca por su marcado carácter defensivo, ya que la disposición de su entrada en recodo, su gran torre, la barbacana, el complicado acceso mediante una rampa y su alto muro almenado la hacían practicamente inexpugnable, siendo incluso más fácil el asalto desde las murallas que desde la propia puerta.
No sabemos con certeza su fecha de construcción, ya que ningún autor la data de forma específica. Para Simonet, estaría relacionada con la despoblación de Ilbira y el traslado de su población a Granada “en los tiempos de Habus Ebn Maquesen el Sinhachi, tercer emir de la dinastía de los Ziritas, que imperó en Granada desde 1020 á 1037 de Jesucristo; pues como dice Almaccari, cuando Sinhachi edificó (esto es reparó) la ciudad de Granada, su alcazaba y muros, se pasó a ella la gente de Elbira”
Según Gómez Moreno, esta puerta y el recinto completo de la ciudad “debieron de ser edificados en tiempos de los reyes Ziritas Habus, Badis y Abdallah, que dominaron en Granada desde 1020 á 1090 y la rodearon de murallas según consignan los historiadores árabes”Igualmente Torres Balbás escribe sobre sus orígenes: “Se ha venido atribuyendo este resto de la cerca a las fortificaciones levantadas por los monarcas ziries Habus y Badis, es decir, al siglo XI, pero queda la sospecha de que en parte se construyese por el último monarca de esa dinastía ‘Abd Allah, e incluso las torres cilíndricas que hay en él las levantaron los Almorávides”
En cuanto a su nombre, encontramos varias opiniones expuestas por diferentes autores. Para extraer la denominación de su primer bautismo se han analizado diferentes documentos, como por ejemplo el realizado por al-‘Umari en su descripción de las murallas de la ciudad en el siglo XIV, en la que se refiere a esta puerta como al-’Unaydar , repetido en otros textos del siglo XV. Parece por tanto razonable pensar que esa sería el título que recibió esta puerta.
Pero, ¿qué significa al-’Unaydar? En el estudio que de esta puerta hace Ibrahim Abu Irmeis, indica que probablemente esta calificación sea mejor traducirla por "la erilla", es decir, como diminutivo de era o lugar donde se muele el trigo. Tiene sentido, pues si delante de ella se realizaba esta actividad, no parece que hubiera mucho espacio para ello por lo escarpado del terreno, de ahí que se utilizara la disminución del apelativo. Será la raíz etimológica de 'Monayta' o 'Monaita', término castellanizado a partir de la pronunciación del árabe y su derivación posterior. Es decir, que partiendo de Bab al-Unaydar llegamos mil años después a conocerla como Puerta Monaita.Otros estudiosos e historiadores han aportado otro origen del nombre, indicando que podría derivar de 'Bib al Bunayda' o puerta de la Bandera, que no aparece en ningún texto árabe y por tanto se duda bastante de su exactitud. Se llega incluso a comentar que se denominaba así por colocar en ella una bandera cuando el monarca participaba en incursiones militares. Recibe también otras denominaciones populares a lo largo de su dilatada historia, como Puerta de San Jerónimo o Puerta de la Cuesta. La primera parece que por ser el camino que llevaba al cercano monasterio de San Jerónimo, y la segunda por estar ubicada en un lugar con bastante pendiente. Sea por tanto conocida como Puerta de Monaita, o Bib al-’Unaydar, es decir, puerta de la erilla.

La Puerta Monaita tiene su acceso a través de dos arcos de herradura ligeramente apuntados y unidos mediante una bóveda de medio cañón. Esta estructura, que está apoyada en la gran torre rectangular que la flanquea, da acceso a un patio en el que, formando una entrada en codo simple, estaría la puerta que da paso a la alcazaba. Aunque de ésta no quedan apenas indicios parece que estaba situada en el frente Sur del patio.La fachada exterior tiene una altura máxima de 8,40 m y 42 cm de grosor en la parte superior. Esta tiene su acceso mediante un arco de herradura levemente apuntado, como efectivamente afirma Torres Balbás , realizado en piedra, con una altura máxima de 4,35 m, 3 m de luz y 0,5 m de peralte. La rosca del arco tiene 2,40 m de alto circunscribiéndose a triángulo equilatero de 2,80 m de lado; 4,35 m es la altura del arco hasta el intradós del mismo y 4,75 hasta el trasdós, con un alfiz rehundido realizado en ladrillo. Este tipo de arco de herradura encuentra sus orígenes en la Mezquita Omeya de Damasco, en el siglo VIII que según Pavón Maldonado un antecedente más directo lo encontramos en al-Andalus, concretamente en la Mezquita Mayor de Córdoba de los siglo VIII y IX, siendo heredero del de herradura visigodo.
El arco de herradura encuentra su prolongación en una bóveda de medio cañón hasta encontrarse con otro igualmente de herradura. La bóveda de medio cañón realizada en ladrillo rojo está reforzada por dos arcos fajones igualmente de ladrillo que soportan el peso de la estructura y descansan sobre el muro que tiene el mismo objeto, llevando el empuje de la bóveda hacia el suelo y aligerando el peso de ésta, evitando así su derrumbe . Los laterales existentes entre los arcos son de ladrillo unidos mediante mortero de cal grasa, lo que parece un revestimiento del tapial de la estructura. En los muros laterales del interior de la bóveda existen dos estructuras similares a bancos que sobresalen del muro 35 cm bien conservadas en su mitad este y de la que apenas quedan indicios en su extremo oeste. La denominación de bancos es erró- nea, ya que éste no es su objetivo, sino el de elemento sustentante de las paredes laterales, si bien es cierto que existen numerosos ejemplos de bancos ligados a puertas en el mundo islámico útiles para el descanso del guardián de la puerta o de algún ocasional transeunte. Este no sería el caso aquí, ya que, como prueban las gorroneras que aún se conservan en las dos maderas longitudinales localizadas en los extremos de la parte interior del arco principal, la puerta debía ser de dos hojas unidas a la pared y abrían hacia el interior ocultando los bancos y haciendo imposible su utilización como lugar de descanso.
La entrada da acceso a un patio rectangular que, al no tener una puerta de entrada enfrentada a la exterior, da lugar al tipo llamado puerta en codo sencillo. Dicha estructura es una de sus principales características: la disposición de dos entradas formando un giro entre ellas mejora con creces el sistema más común de dos puertas opuestas, menos eficaz y mas costoso. La función del sistema es estrictamente defensivo, ya que al no estar la entrada en línea recta, los enemigos están obligados a realizar un giro que les frena. Aprovechando la situación las defensas atacarían de frente con mayor ventaja sobre sus contrarios. El sistema del patio se completa con un hueco abovedado en el lado Este, junto al arco de ingreso a la alcazaba, posiblemente como lugar de resguardo del cuerpo de guardia.
Hay otros dos tramos de muralla unidos formando un ángulo casi recto situados al norte de la torre. El primer lienzo tiene una longitud de 15,15 m, una altura máxima de 5 m y 4,5 m de mínima y su grosor es de 2,50 m. Está totalmente restaurado y no se aprecia el material original, aunque aún se conservan los huecos del hipotético tapial. Está unido a otro tramo que tiene una longitud de 4,82 m y una altura de 4,80 m con un grosor de 2,50 m, situada en dirección oeste. Se trata de un antemural o barbacana, cuya función es puramente defensiva, ya que a la vez que protege y fortalece la muralla principal, limita la zona de ataque de la puerta. Éste, junto con el tramo orientado en dirección norte-sur, paralelo a la Puerta de Elvira, obliga a los atacantes a desplazarse hacia el espacio situado delante de la entrada; así es más fácil su defensa desde la torre y murallas, porque se estrecha la zona de ataque, que ahora tiene que ser por la parte delantera de la puerta Monaita. Esto, junto a la rampa, torre y acceso en codo formaban un sistema defensivo muy completo y de gran eficacia. No debemos olvidar, que en el s. XI la de Monaita era una puerta exterior, de acceso directo a la alcazaba de la ciudad, punto fuerte y residencia del poder zirí. Su enorme fortaleza la constituye casi como un hisn, capaz de controlar y defender eficazmente este paso, incluso en momentos posteriores, tras la constitución del arrabal del Albaycin y la construcción de su muralla.

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