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sábado, 23 de febrero de 2013

LAUREL Y HARDY: EL GORDO Y EL FLACO

En la retina de miles de espectadores ha quedado la huella de estos cómicos, antagonistas en el aspecto, pero iguales en su comportamiento.
Se dice que tras los grandes cómicos siempre hay una historia triste. Hasta en eso, la suerte de Stan Laurel y Oliver Hardy no se atiene a la norma. El destino de El Gordo y el Flaco, como siempre se les conoció en España aunque su apodo ahora nos suene tan políticamente incorrecto, no es más que desdichado de lo habitual. Incluso puede decirse que un final feliz fue a coronar unas existencias que no presagiaban el aplauso que acabaron conociendo.
Conocidos con el nombre artístico de Laurel & Hardy en Estados Unidos y como El Gordo y el Flaco en el ámbito hispano, formaron el dúo cómico más famoso de los años treinta y cuarenta, durante los cuales interpretaron más de cien películas, veintisiete de ellas largometrajes.
Diríase que siempre estuvieron juntos, pero lo cierto es que tanto Laurel –El Flaco- como Hardy –El Gordo- ya contaban con una dilatada experiencia profesional cuando a Leo McCarey se le ocurrió unirlos en los primeros cortometrajes que protagonizaron al alimón.
Oliver Norvelle Hardy, que nunca se consideró gordo, sino “simplemente de huesos anchos”, nació en Atlanta (Georgia) en 1892. Como la de Griffith, fue la suya una familia enraizada en las tradiciones del viejo Sur estadounidense. Sólo así se entiende que la principal preocupación de su existencia fuera cierto sentido de la dignidad que hoy se nos antoja tan dudoso como esas tradiciones de su tierra. Hijo de un abogado, la prematura muerte de su padre hizo que su madre abriera un hotel para mantener a la familia. Ya adulto, quienes le conocieron le recuerdan con un hombre que gustaba vestir impecablemente, que jamás pronunciaba palabras soeces delante de las damas y que procuraba a ver el lado bueno de las cosas.
Arthur Stanley Jefferson era inglés. Nació en Tyngmouth (Lancashire) en 1890. Hijo de un empresario teatral, pisó por primera vez un escenario en el Glasgow de 1906. Ya conocido como actor circense y de “music-hall”, llegó a Estados Unidos como sustituto del mismísimo Charles Chaplin dentro de la “troupe” de Fred Karno. Contratado Chaplin por Mack Sennett para trabajar en el cine, Laurel, dotado con mucho más talento que Karno le suponía y que aparentaba en su personaje –él era el tonto y apocado de la pareja- supo estar a la altura de las circunstancias.
Ollie y Stanley –como se llamaban entre ellos- coincidieron por primera vez en las producciones de Hal Roach. Curiosamente, Stanley no actuaba, sino que escribía “gags”.
Deseoso de dar con alguien capaz de competir con Chaplin , el intento de superar a Charlot jugó un papel determinante en los comienzos de la pareja.Roach descubrió ocasionalmente la comicidad de Hardy cuando un caballo, que éste montaba interpretando una película de capa y espada, comenzó a hundirse en un montón de arena debido al peso del jinete. Decididamente, la obesidad fue una de las grandes preocupaciones de Hardy,así como la tormentosa y singular vida sentimental de Laurel –se caso varias veces con las mismas mujeres-, que tantos problemas le causó en el pacato Hollywood de la época.
La clave de su éxito, fulgurante desde sus primeras comedias, residió en la perfecta explotación de la comicidad de sus físicos y caracteres contrapuestos; así, mientras Stan Laurel (el Flaco) daba vida a un tipo de maneras y movimientos torpes, Oliver Hardy (el Gordo) interpretaba a un personaje serio y desesperado con las meteduras de pata de su compañero. Laurel era el del cerebro de mosquito que lloraba al menor contratiempo; Hardy, paradigma de dignidad frustrada, era el líder y el más listo de los dos y, como resultado, su caída en desgracia era doblemente embarazosa.
El argumento de la mayoría de sus películas es engañosamente simple; su sutileza proviene de un plan y de la explotación sistemática de una única idea o de una cadena de gags. Dependiendo más de la situación que del argumento, y más de la expresión que del diálogo, el Gordo y el Flaco hacían reír con su representación de la ingenuidad y la estupidez. La fórmula enriqueció el género de la comedia cinematográfica con algunos de sus momentos mágicos.Después de Ponedle los calzoncillos a Philip (1927), corto de debut de la pareja que tuvo un éxito arrollador, se sucedieron los cortometrajes a un ritmo frenético, y en 1931 rodaron De bote en bote, su primer largometraje.
La intensa comicidad de su mímica y de los estropicios que provocaban a partir de lo más simple facilitó sin muchos problemas su paso al sonoro. Abandonaron el cortometraje en 1936, después de unos años brillantes que tuvieron su reconocimiento en el Oscar al corto La caja de música (1932) y en los que produjeron también sus mejores largometrajes: El abuelo de la criatura (1932), Compañeros de juerga (1933) y Había una vez dos héroes (1934).
Hacia 1936 la relación entre Laurel y Hardy era estable, pero había problemas con Hal Roach. Cuando este abandonó la Metro y firmó por la United Artists, le siguieron, pero sólo hicieron dos películas más con el productor. La pareja decidió marchar a los estudio de la Fox, pero en una etapa donde las pelíuclas eran más sofisticadas, pasaron a un segundo plano y las ocho películas siguientes no hicieron más que cortar la creatividad de estos grandes cómicos. De esa época la más recordada es Jitterbugs, donde se les permitió ejercer su creativiad y se alaba la interpretación de Hardy, en un papel diferente para el público.
En 1951 rodaron su última película, Robinsones Atómicos (también conocida como Utopía). En ella Laurel hereda un barco y los chicos se hacen a la mar, descubriendo una nueva isla, rica en uranio, que los hace poderosos, desencadenado una guerra de poder con los nuevos visitantes de la isla. Fue un rodaje difícil, debido a problemas técnicos y a la diabetes que padecía Laurel, y a su estreno recibió muy malas críticas.
En 1955 tuvo lugar la que sería la última aparición de Stan Laurel y Oliver Hardy en la televisión. Fue en un programa de la BBC sobre la Grand Order of Water Rats, la nueva organización de espectáculos de variedades británica. En el programa, llamado This is Music Hall, la pareja incorporó una filmación en la cual recordaron a sus viejos amigos de la escena inglesa. Concluyeron con un agradecimiento y una emotiva despedida para todos sus admiradores. Resultó ser su adiós definitivo, y resultó también ser el más apropiado.
Hardy se sometió, por consejo médico, en 1956 a una dieta estricta y bajó de 159 kilos a 95. Su transformación física fue tan extrema que le causó una profunda depresión. Había dejado de ser él mismo. En la mañana del 14 de septiembre de 1956 sufrió un derrame cerebral masivo que le inmovilizó todo el cuerpo.
Hardy falleció tras una serie de derrames cerebrales convulsivos el 7 de agosto de 1957. La causa de la muerte se registró como Accidente vascular grave. Laurel no fue al entierro, dijo que Babe, apodo por el que se conocía a Hardy, lo entendería.
Durante los ocho años que le quedaban de vida Laurel no quiso volver a actuar. En 1960 Laurel recibió un premio Óscar honorífico por su contribución a las comedias. Rechazó ir a la gala y el premio lo recogió Danny Kaye. Decidido a no volver a actuar, Laurel, , escribió chistes y guiones para otros cómicos. También recibió muchas visitas de la nueva generación de cómicos entre los que estaban Dick Cavett, Jerry Lewis, y Dick Van Dyke. Éste último, protegido de Laurel, hizo una imitación de Stan en su programa de televisión a principios de los 60, que Laurel vio, e incluso le recomendó una serie de gestos para perfeccionar su imitación. Vivió hasta 1965, y pudo ver como el trabajo del dúo era reivindicado en especiales de televisión y festivales de cine clásico. Stan Laurel murió de un ataque al corazón en su casa de Santa Mónica.

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