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jueves, 7 de febrero de 2013

GRANADA LO TIENE TODO: LOS CAHORROS.MONACHIL.

Muy cerca de la ciudad de Granada, Sierra Nevada esconde parajes realmente sugestivos. El río Monachil, que nace en las altas cumbres, en el barranco de Cauchiles, a 3.000 metros de altitud, donde forma borreguiles de alta montaña.
Baja por debajo de al estación de esquó y el barranco de San Jerónomo, formando barranqueras y, en algunos puntos, enormes cortados, bajo los que discurre, rápida, el agua de alta montaña. Junto a la localidad de Monachil, se encuentra un paraje denominado Los Cahorros. Es un espacio preparado para el paseo, de fácil recorrido, y que además se ha convertido en una de las mejores escuelas de escalada de España.
 Resulta increíble que este lugar, esté a 15 minutos en coche desde la ciudad de la Alhambra. En un cuarto de hora apareces en un lugar completamente distinto, en donde la paz y tranquilidad triunfan sobre el tráfico de la capital. Esto hace que sea una buena opción para una escapada desde Granada, ya que se puede salir por la mañana, pasar allí todo el día allí y volver a la ciudad por la noche. La ruta de Los Cahorros discurre bordeando el río Monachil, el cual nace en el pico Veleta (el segundo más alto de la Sierra Nevada y el cuarto del país). Y este río es el gran artífice del impresionante paisaje, altas montañas que han sido escarvadas durante siglos por sus aguas. Los viajeros van caminando entre las paredes, en ocasiones bastante estrechas, que el Monachil consiguió modelar.
Una serie de senderos, con barandas, escaleras y puentes colgantes, se adentran en el corazón de este paraje donde abunda la vegetación de ribera y el matorral propio de tajos y cortados, en los que anidan las grajillas, y aves rapaces de pequeño porte. Es una ruta especialmente diseñada para las familias y quienes quieren disfrutar de una jornada en la naturaleza, junto al agua. Es un espacio cargado de biodiversidad, donde las especies asociadas a los cursos de agua de montaña encuentran un hábitat perfecto, que además está muy cerca de cultivos y una población, lo que favorece la existencia de comida para aves y pequeños mamíferos. La vegetación es la propia de ribera, con la presencia especial de Almez, que es muy difícil de encontrar en estado natural, no plantado por el hombre.
Para llegar hasta ahí, se sale desde el pueblo en dirección El Purche y, a unos 500 metros, a la altura del bar El Puntarrón, se puede dejar el coche. Y desde ahí comienza un sendero hacia la derecha que se mete por una zona de cortijos con árboles frutales que nos conduce hacia la ruta. Se llega hasta dos eras llamadas Los Regenerales y se puede coger el camino de Los Cahorros Altos o los Bajos. La ventaja de ir por los Altos son las vistas del cauce del río desde arriba.En el camino se combinan las montañas con el río y sus cascadas. A esto se suma otra característica de la ruta que son los puentes colgantes que hay que ir atravesando cada tanto, para disgusto de los caminantes con vértigo. Uno de los puentes sobre el río mide nada menos que 63 metros, que se construyó hace cerca de un siglo con cuerdas y hace cuarenta años se remodeló para una mayor seguridad.
Dado que no existe casi desnivel en la mayor parte del recorrido, las dificultades no son grandes. Sin embargo, hay momentos en los cuales el trayecto se vuelve un poco más complicado, como al pasar por la Cueva de las Palomas (uno de los puntos más bonitos del camino). Aquí hay unas anillas en las paredes para poder sujetarse, para hacer frente a lo estrecho del sendero. Y si el río está medianamente alto, hay alguna parte en la que hay que pasar sentados. Pero la caminata de un par de horas se ve recompensada por un rato sentado en alguna de las praderas escuchando los pájaros y el agua.El camino se puede seguir hasta la Estación Eléctrica de la Vega, desde donde se regresa siguiendo nuestros pasos. Lo bueno de volver por la misma ruta es que consigues tener otra visión del paisaje y captar detalles que quizás a la ida habían pasado desapercibidos.
La existencia de agua, zonas de bosque, matorral, e incluso la cercanía de cultivos, genera también una importante presencia de especies de mariposas diurnas
Al igual que en casi todos los parajes de Sierra nevada, es fácil encontrarse con cabras montesas, además de algún zorro. Hay jabalíes, ginetas, tejones y gran cantidad de pequeños roedores, además de conejos, pero en su mayoría son muy difíciles de observar, ya que tienen hábitos nocturnos o crepusculares. Se pueden observar sus huellas, excrementos, y señales de presencia, como terrenos hozados por los jabalíes. Los cursos de agua, sobre todo en espacios de aguas tranquilas, son hábitat de amfibios. En las pozas y sus cercanías pueden verse ranas (Rana perezzi). En cuanto a los reptiles, lagartijas y culebra de escalera, además de reptiles asociados al agua, como la Natrix maura
Lo bueno de esta ruta es que se podría practicar todo el año pues queda lejos de las grandes alturas que en invierno irremediablemente se cubren de blanco. Es un recorrido circular de 8,2 Km. (2,30 h. ) y con casi 400 metros de desnivel. De valor didáctico-cultural esta propuesto como Monumento Natural Geológico.

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