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domingo, 10 de febrero de 2013

EFEMERIDES: 10 DE FEBRERO DE 1992.Fallece el Padre Llanos, El Cura Rojo, sacerdote español.

José María de Llanos Pastor, más conocido como el Padre Llanos, (Madrid, 1906 - Alcalá de Henares,1992), jesuita español, fue el más conocido de los llamados curas obreros
Así, con estos escuetos datos podría quedar resumida la peripecia vital de quien hace ahora 21 años que desapareció. Sin embargo, si nos zambullimos en la "letra pequeña" también cabría decir que era hijo de un general de infantería de ideas profundamente conservadoras. La educación de José María de Llanos estuvo marcada por el nacionalcatolicismo. En 1927 se licenció en ciencias químicas, y poco después ingresó en la Compañía de Jesús. Cuando el 23 de enero de 1932 el gobierno de la Segunda República firmó el decreto de disolución de la compañía, José María de Llanos tuvo que desterrarse.No obstante, tras la Guerra Civil y el triunfo de las tropas rebeldes del general Franco, la compañía fue restaurada, y en ese mismo año de 1939 José María se ordenó sacerdote.
Muy involucrado en el régimen franquista, en 1943 intervino en la organización de los Cursillos de Cristiandad, y, a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, una vez derrotada Alemania, se le encargó desarrollar su labor doctrinal en los ambientes estudiantiles próximos a Falange Española. El objetivo de su nuevo cometido no era otro que luchar contra la creciente influencia de Ortega y Gasset y de las JONS de Ramiro Ledesma. En 1946 fue nombrado capellán del Frente de Juventudes. En esos años, colaboró con las principales revistas estudiantiles afines al régimen, como Alférez o La Horca.A mitad de la década de los 50, el régimen franquista temió la posibilidad, auspiciada por el Partido Comunista de España (PCE), de que la incipiente oposición estudiantil y el creciente movimiento obrero, propiciada en buena medida por el cambio de estrategia adoptado por el clandestino PCE, se le encargó desplegar su actividad de apostolado en los ambientes obreros de las nacientes barriadas proletarias del sur de Madrid.
Suele fijarse la Nochebuena de 1955 como inicio de la actividad de este jesuita en el suburbio madrileño denominado El pozo del tío Raimundo. La integración al medio del Padre Llanos fue total. Al mismo tiempo que revitalizaba el movimiento cristiano entre las clases más desfavorecidas de la sociedad, sufrió él mismo una profunda trasformación interior que lo llevó desde su pasado radicalismo en el seno del nacionalcatolicismo hasta comprometerse de forma activa con una amplia labor social entre los marginados y a la militancia clandestina en el PCE, lo que influyó decisivamente en el enriquecimiento ideológico de Comisiones Obreras, del Partido Comunista y de otros grupos minoritarios que representaban a la izquierda realmente existente.Tras la muerte del general Franco y el fin de su larga dictadura, la labor del Padre Llanos cobró más pujanza si cabe, ya que el nuevo régimen político de España le permitía una absoluta libertad de movimientos. A principios de la década de 1980 surgió la Coordinadora de Barrios, con el objetivo de conducir la labor de la multitud de asociaciones de vecinos que habían ido surgiendo;
igualmente surgieron del seno de las parroquias decenas de colectivos vecinales en los que los "curas obreros" habían estado trabajando siguiendo la estela y el empuje del Padre Llanos.Su intensa labor entre los más desfavorecidos no le impidió encontrar tiempo para publicar una intensa serie de obras en las que dejó testimonio de sus vivencias, sus ideales y su doctrina. En 1985 había recibido el premio Alfonso Comín y en 1991 la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid.
A su fallecimiento, el 10 de enero de 1992 en la localidad madrileña de Alcalá de Henares. Francisco Umbral escribió de él: "A los picados [yonkis] les daba Nescafé con galletas maría, de comunión, y a sus amigos nos daba conversación y nos echaba música de Vivaldi. Era el hombre más bueno que uno haya conocido jamás. Lucía un reloj de pulsera que le trajo La Pasionaria de Moscú, un reloj verde como una rana y pesado como un tanque en la muñeca. A mí nunca me hizo proselitismo, no quería convertir a nadie. Andaba mucho, como todos los viejos que no pueden andar. Íbamos a dar vueltas por la Plaza Mayor, buscando él ese solecillo que es ya el ciclo municipal de los viejos. Es el único santo con boina de todo el santoral y por eso no subirá al cielo." Y Eduardo Haro Tecglen: "Me asombro a mi mismo cuando me veo creyendo que los jesuitas son una de las últimas reservas del pobre, del desalido, del explotado. ¡Quien me iba a decir que solo habría este clavo ardiendo al que pudiera agarrarse un ateo al terminar el siglo XX. Conocí a Llanos de joven falangista: asumía la dialéctica de los puños y las pistolas. Le despido como comunista en la reducción del Tío Raimundo."

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