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jueves, 21 de marzo de 2013

LAS MUJERES MAS MALAS DE LA HISTORIA: " 6.MARY ANN COTTON,ASESINA EN SERIE ( UNA MADRE,TRES MARIDOS,UN AMANTE,UNA AMIGA Y UNA DOCENA DE HIJOS....)"

Tan desconocida (en España) como cruel fue Mary Ann Cotton, una de las más infames asesinas en serie.
Mary Ann Robson (como así se llamaba al principio) nació en octubre de 1832 en el condado inglés de Durham, al norte del país. Su padre, Michael Robson, era un minero muy pobre que a duras penas logró sacar a su familia adelante. Cuando la pequeña Mary Ann tenía seis años se trasladó con los suyos al vecino pueblo de Murton, en una zona minera pero muy pobre. Allí, Mary Ann asistió al colegio, aunque su timidez le impidió hacer muchos amigos. La situación de los Robson se vio empeorada por la trágica muerte del padre, Michael Robson, que en 1842 se precipitó por una mina donde estaba trabajando. Para poder sustentarse, la madre de Mary Ann volvió a contraer matrimonio con un hombre que no era del agrado de Mary Ann, aunque ésta sí llegaría a disfrutar de su mejor situación económica.
Después de trabajar como doncella en una casa ajena, Mary Ann conoció al que sería su primer marido, William Mowbray, con quien contrajo matrimonio en Newcastle. La pareja se instaló en Plymouth (condado de Devon), donde nacieron sus primeros cinco hijos. Desgraciadamente, cuatro de ellos murieron sucesivamente a muy corta edad de fiebre gástrica y dolores abdominales. Poco después la pareja se volvió a mudar al norte de Inglaterra, donde nacerían tres hijos más, que también murieron muy jóvenes. Mientras tanto, William Mowbray fue mejorando su posición laboral hasta que, repentinamente, falleció en enero de 1865. Sin levantar una sola sospecha, Mary Ann recibió 35 libras (entonces una cantidad nada despreciable) gracias al seguro de vida de su marido.
Después de enviudar, Mary Ann y su hija Isabella (la única que quedaba viva) se mudaron a Seaham, en el condado de Durham, donde la viuda comenzó un idilio con un tal Joseph Nattrass; la relación sin embargo no prosperó dado que Nattrass estaba prometido a otra mujer, pero volvería a aparecer en la vida de nuestra protagonista años después. Isabella fue enviada a vivir a la casa de su abuela materna.
Después de que Nattrass contrajese matrimonio, Mary Ann se fue a trabajar a una enfermería, donde conoció a George Ward, que se convertiría en su segundo marido. El matrimonio duraría poco, pues Ward falleció repentinamente en octubre de 1866. Una vez más, Mary Ann fue la beneficiaria del seguro de vida de su difunto esposo.
Mary Ann se fue a vivir a casa de la familia Robinson, donde trabajaría como sirvienta. El cabeza de familia, James Robinson, acababa de perder a su mujer y necesitaba a alguien que cuidase de sus cuatro hijos. Tras la muerte de dos hijas poco después por fiebra gástrica, Robinson dejó embarazada a Mary Ann. Por aquel entonces nuestra protagonista recibió la noticia de que su madre se encontraba enferma, y Mary Ann se fue rápidamente para estar a su lado.
Aunque la anciana empezó a recuperarse, pronto comenzó a quejarse de dolores estomacales, y acabó muriendo nueve días después de la llegada de Mary Ann. Isabella Mowbray, fruto del primer matrimonio de Mary Ann, se fue a vivir con su madre y los Robinson. Poco después de llegar, la pequeña murió así como los dos hijos restantes de James Robinson y su primera esposa. Los tres niños recibieron sepultura en la segunda mitad del mes de abril de 1867. Irónicamente, el desconsolado James Robinson contrajo matrimonio con Mary Ann, que poco después dio a luz a su hija, Mary Isabella; el bebé moriría de fiebre gástrica cinco meses después, en abril de 1868.
Afortunadamente para él, James Robinson empezó a sospechar de las intenciones de su esposa, que no dejaba de insistir en que él la nombrase beneficiaria en su póliza de seguro. Cuando él se enteró de que su mujer tenía deudas que ascendían hasta las 50 libras, la echó de su casa, aunque seguirían oficialmente casados.
Sin casa ni familia, Mary Ann conoció a Margaret Cotton que no tardó en presentarle a su hermano, Frederick. Frederick Cotton también era viudo y había perdido ya a dos de sus cuatro hijos; la inocente Margaret había sido como una segunda madre para sus sobrinos, pero en 1870 falleció de repente de dolores intestinales. Mary Ann quedó como el único consuelo de Frederick Cotton, que pronto la dejó embarazada, y en septiembre de ese año la pareja se casó (aunque el matrimonio era bígamo pues Mary Ann seguía casada con James Robinson). En 1871 su hijo Robert vino al mundo. En aquel momento, Mary Ann fue informada de que su antiguo amante, Joseph Nattrass, vivía cerca de la casa de los Cotton, y persuadió a su marido para mudarse cerca de la casa de Nattrass, que ya no estaba casado. Muy oportunamente, Frederick Cotton murió de complicaciones gástricas en diciembre.
Nattrass y Mary Ann se fueron a vivir juntos, pero ella comenzó a cuidar de un oficial supuestamente llamado John Quick-Manning (aunque no hay pruebas de su existencia), que se estaba recuperando de la viruela. En marzo de 1872 Mary Ann volvió a quedarse embarazada, esta vez de Quick-Manning. Aquel mismo mes uno de los hijos de su último marido, Frederick Jr. falleció de fiebre gástrica. Robert, el hijo que Mary Ann y Frederick habían tenido en común, murió con pocos días de diferencia. Tras haber revisado su testamento, Joseph Nattrass, amante y compañero de Mary Ann, también moría de dolores intestinales.
El fin de la macabra vida personal de Mary Ann vino en 1872 cuando un reverendo llamado Riley le preguntó si podría cuidar de una enferma que sufría viruela. Mary Ann afirmó positivamente, pero dijo que Charles Cotton (el único de los hijos de Frederick Cotton y su primera esposa que permanecía con vida) era un estorbo en su cometido, y se sinceró ante el párroco, afirmando que probablemente el niño moriría pronto, como los demás miembros de la familia Cotton. El reverendo Riley, que visitó al niño, dijo que el muchacho se encontraba en perfecto estado de salud, y por ese motivo se alarmó cuando el joven Charles Cotton murió días después tras sufrir problemas estomacales. Convencido de que la muerte no había sido natural, alertó a la policía. Tras la muerte del pequeño, Mary Ann no visitó al médico, sino la compañía de seguros. Fue su sentencia de muerte. Cuando la prensa se dio cuenta de que Mary Ann había perdido a su madre, tres maridos, un amante, una amiga y una docena de hijos en un espacio de tiempo de 20 años, el caso causó sensación. Todos habían fallecido de dolores estomacales.
Mary Ann fue juzgada por el asesinato del pequeño Charles Cotton; no pudo probarse científicamente que había administrado arsénico a las demás víctimas, pero todos los hechos apuntan que así fue. Después de deliberar durante 90 minutos, el jurado pronunció su veredicto: culpable. La sentencia: la horca.
Mary Ann permaneció en la cárcel de Durham unos días más hasta que dio a luz a su hija (la única ilegítima), Margaret Edith Quick-Manning Cotton, hija de su último amante. La niña fue dada en adopción, y de su paradero nada se sabe. El 24 de marzo de 1873 fue ahorcada.
La soga, que no tenía suficiente altura sobre el patículo, tardó tres minutos en cortarle la respiración a la primera y sin duda más infame asesina en serie de la historia británica.

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