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miércoles, 6 de febrero de 2013
EFEMERIDES: 6 DE FEBRERO DE 1481. En Sevilla tiene lugar el primer auto de fe de la Inquisición española.
La Inquisición ocupa en la historia española y, naturalmente, en la sevillana, de los siglos XVI y XVII, un lugar muy importante no sólo por su poder, sino por la mezcla de terror y veneración que inspira su nombre y que hace que su presencia se deje sentir constantemente en la vida ordinaria. La Inquisición era, en realidad, una institución independiente de la Iglesia y respaldada por la Corona para perseguir a los falsos cristianos y a los herejes.
Creada por los Reyes Católicos en su versión moderna, comenzó a funcionar en Sevilla en el año 1481. Fue en Sevilla donde se aprobaron las primeras reglas (1484) inquisitoriales ampliadas años más tarde hasta integrar las llamadas Instrucciones Antiguas. Fue en Sevilla donde los conversos, sin duda, desde el Cabildo, y como en otras partes, se opusieron a la implantación del Tribunal. Fue un arzobispo de Sevilla, Pedro González de Mendoza el verdadero fundador de la Inquisición Moderna y, desde entonces, Sevilla contó con arzobispos-inquisidores generales. Todo ello porque era un ciudad con notables minorías judeo-moriscas y un gran centro mercantil abierto al tráfico de todas las naciones, por lo que era un lugar idóneo para la presencia y difusión de ideologías no católicas, en particular la luterana.
El Tribunal del Santo Oficio inició su actuación teniendo como sede el convento de San Pablo de los dominicos. La orden dominica , jugándose su prestigio y tratando por todos los medios de aventajar a su más próxima rival, la Orden Franciscana, no tuvo empacho en convertir su convento en cárcel pasajera de los hombres y mujeres "más culpados" de la herejía, al menos de los seis que inauguraron el quemadero de Tablada el 6 de febrero de 1481. Allí fueron quemados seis hombres y mujeres en los llamados "cuatro profetas", "cuatro grandes estatuas huecas de yeso...
dentro de las cuales metían vivos a los impenitentes para que muriesen a fuego lento". En el auto predicó el dominico Fray Alonso, "celoso de la fe de Jesucristo e el que más procuró en Sevilla esta Inquisición". En el segundo auto, que se celebró a finales de abril de 1481, se procesó al famoso Pedro Fernández Benadeva, participante de la conjura de los conversos, en la collación de San Juan de la Palma. Este caso se recordaría en las coplillas burlescas de la chiquillería: "Benadeva, dezí el Credo / ¡Ax, que me quemo!", narraba Sebastián Pinelo en 1569 -con 75 años- que oyó cantar siendo muchacho.
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