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domingo, 28 de abril de 2013

MARY WOLLSTONECRAFT,EN DEFENSA DE LA MUJER.

Durante mucho tiempo, prácticamente un siglo, la imagen de Mary Wollstonecraft se vio ensombrecida por la publicación que su marido había hecho de sus memorias. En ellas se hacía pública una relación escandalosa y una hija ilegítima. Su vida personal eclipsó sus ideas sobre la igualdad de hombres y mujeres hasta que las nuevas corrientes feministas del siglo XX y escritoras como Virginia Woolf la rescataron del olvido.
Mary Wollstonecraft nació en el seno de una familia de clase media londinense el 27 de abril de 1759. Su padre era un tejedor de seda que había heredado una importante cantidad de dinero. Su negocio y su herencia le habrían permitido a él y su familia tener una vida tranquila y acomodada sino hubiera sido por su mala cabeza. Dilapidó el dinero y llevó a su propio negocio a la ruina.
La precaria situación económica de la familia llevó a Mary a empezar a trabajar en lo primero que encontraba: costurera, insitutriz o acompañante de damas de la alta sociedad. Su inteligencia y su amor por la lectura la llevaron a ejercer de profesora cuando tenía poco más de 20 años.
La infancia de Mary no sólo fue difícil por razones económicas. Ella misma recordaba como había tenido que defender a su madre de la violencia que su padre ejercía constantemente sobre ella.
Durante años Mary trabajó para sacar adelante y proteger a su familia de la pobreza. Harta de las pocas posibilidades laborales que se le ofrecía a una mujer, Mary decidió dedicarse a la escritura e intentar conseguir dinero por sus palabras. Era una opción arriesgada y así se lo hizo saber a su hermana Everina: Voy a ser la primera de una nueva especie. Tiemblo de pensar en el intento.
Pero a pesar de sus miedos, alcanzó su sueño. No sólo fue aceptada en el círculo literario de Londres, sino que consiguió que su editor le pagara por sus escritos.
Mary Wollstonecraft se atrevió a defender la igualdad entre hombres y mujeres. No sólo rechazaba el supuesto tradicional que definía de manera diferente las naturalezas femenina y masculina, sino que afirmaba con gran convencimiento que las mujeres no se desarrollaban más intelectualmente porque se les vetaba el acceso al conocimiento.
A pesar de que sus primeros escritos defendían las virtures cristianas, con el inicio de la Revolución Francesa sus ideas se fueron radicalizando y derivando hacia una defensa de la razón por encima de la fe.
Entusiasmada por las ideas revolucionarias que habían levantado al pueblo francés, Mary marchó a París en 1792 dispuesta a poner en práctica sus ideas. Fue entonces cuando conoció a un aventurero americano con el que viviría una tumultuosa historia de amor. Gilbert Imlay despertó en Mary las pasiones amorosas que ella misma había rechazado en su obra Vindicación de los derechos de la mujer. No sólo eso, sino que quedó embarazada sin haberse casado, algo que Imlay no tenía intención de hacer.
Tras la ejecución del último rey francés Luis XVI, la situación política en Francia se hizo cada vez más inestable. La declaración de guerra por parte de Inglaterra obligó a sus conciudadanos a huir si no querían terminar en la guillotina. De nuevo en Londres, con su hija Fanny, Mary fue rechazada por Imlay. Empezó entonces una etapa oscura en su vida que la llevó incluso al intento de suicidio. Poco después su amante volvía a su lado y le pedió que realizara un viaje de negocios por Escandinavia que no sirvió para recuperar el amor de Imlay.
Cuando Mary regresó a Londres reinició su carrera literaria y encontró un nuevo amor, William Godwin. Su apasionante relación también terminó con la llegada de un nuevo hijo. Esta vez, sin embargo, William accedió a casarse con su amante aunque fijaron su residencia en apartamentos separados.
El 10 de septiembre de 1797, con 38 años, Mary Wollstonecraft moría tras dar a luz a otra niña. Nacía Mary Shelley, quien pasaría a la historia como una gran escritora.
Desaparecida su esposa, William Godwin decidió publicar su obra inacabada María o las injusticia que sufre la mujer y unas memorias sobre Mary. No sólo sacó a la luz el escandaloso romance con Gilbert Imlay sino que publicó las desesperadas cartas que ella le había escrito a él. A partir de entonces y durante más de un siglo permaneció la imagen de una mujer que había roto con las normas establecidas, manteniendo relaciones fuera del matrimonio y dando a luz a hijos ilegítimos. Era el ejemplo que no se debía seguir.
A finales del siglo XIX y gracias a otras escritoras como Virginia Woolf, las ideas y creencias en la igualdad de hombres y mujeres que tiempo atrás había defendido Mary Wollstonecraft fueron rescatadas del olvido. Las corrientes feministas del siglo XX hicieron suyas sus palabras de defensa de los derechos de la mujer.

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