La ciudad de Granada en época islámica
estaba defendida por una cerca que la rodeaba por completo, aislándola del exterior y
haciendo casi imposible su acceso, que se realizaba mediante una serie de puertas localizadas en los puntos estratégicos. Lamentablemente la mayor parte de la muralla y sus puertas
han desaparecido debido a las grandes transformaciones que ha sufrido la ciudad y los restos que se conservan se reducen a algunos
lienzos y puertas de acceso, entre ellas la llamada Puerta Monaita. Bab al-’Unaydar, conocida popularmente como Puerta Monaita, está
situada casi en línea paralela con la Puerta Elvira, en la parte superior de la cuesta de la Alhacaba.
Ésta se convirtió en punto neurálgico de
la ciudad musulmana como indica la monumentalidad con que fue construida. Estamos
hablando del principal acceso a la Alcazaba
Vieja, como cita Torres Balbás (TORRES BALBÁS,
1985: p. 604). Al igual que las demás puertas
existentes, probablemente se cerraba por la
noche por motivos de seguridad, dejando la ciudad con su alcazaba incomunicada con el exterior y más protegida Su estructura destaca por
su marcado carácter defensivo, ya que la disposición de su entrada en recodo, su gran torre,
la barbacana, el complicado acceso mediante
una rampa y su alto muro almenado la hacían
practicamente inexpugnable, siendo incluso más
fácil el asalto desde las murallas que desde la
propia puerta.
No sabemos con certeza su fecha de construcción, ya que ningún autor la data de forma
específica. Para Simonet, estaría relacionada con
la despoblación de Ilbira y el traslado de su
población a Granada “en los tiempos de Habus
Ebn Maquesen el Sinhachi, tercer emir de la
dinastía de los Ziritas, que imperó en Granada desde 1020 á 1037 de Jesucristo; pues como
dice Almaccari, cuando Sinhachi edificó (esto
es reparó) la ciudad de Granada, su alcazaba
y muros, se pasó a ella la gente de Elbira”
Según Gómez Moreno, esta puerta y el
recinto completo de la ciudad “debieron de ser
edificados en tiempos de los reyes Ziritas Habus,
Badis y Abdallah, que dominaron en Granada
desde 1020 á 1090 y la rodearon de murallas
según consignan los historiadores árabes”Igualmente Torres Balbás escribe sobre sus
orígenes: “Se ha venido atribuyendo este resto
de la cerca a las fortificaciones levantadas por
los monarcas ziries Habus y Badis, es decir, al
siglo XI, pero queda la sospecha de que en parte
se construyese por el último monarca de esa
dinastía ‘Abd Allah, e incluso las torres cilíndricas
que hay en él las levantaron los Almorávides”
En cuanto a su nombre, encontramos varias
opiniones expuestas por diferentes autores. Para extraer la denominación de su primer bautismo se han analizado diferentes documentos, como por ejemplo el realizado por al-‘Umari en su descripción de las murallas de la ciudad en el siglo XIV, en la que se refiere a esta puerta como al-’Unaydar , repetido en otros textos del siglo XV. Parece por tanto razonable pensar que esa sería el título que recibió esta puerta.
Pero, ¿qué significa al-’Unaydar? En el estudio que de esta puerta hace Ibrahim Abu Irmeis, indica que probablemente esta calificación sea mejor traducirla por "la erilla", es decir, como diminutivo de era o lugar donde se muele el trigo. Tiene sentido, pues si delante de ella se realizaba esta actividad, no parece que hubiera mucho espacio para ello por lo escarpado del terreno, de ahí que se utilizara la disminución del apelativo.
Será la raíz etimológica de 'Monayta' o 'Monaita', término castellanizado a partir de la pronunciación del árabe y su derivación posterior. Es decir, que partiendo de Bab al-Unaydar llegamos mil años después a conocerla como Puerta Monaita.Otros estudiosos e historiadores han aportado otro origen del nombre, indicando que podría derivar de 'Bib al Bunayda' o puerta de la Bandera, que no aparece en ningún texto árabe y por tanto se duda bastante de su exactitud. Se llega incluso a comentar que se denominaba así por colocar en ella una bandera cuando el monarca participaba en incursiones militares.
Recibe también otras denominaciones populares a lo largo de su dilatada historia, como Puerta de San Jerónimo o Puerta de la Cuesta. La primera parece que por ser el camino que llevaba al cercano monasterio de San Jerónimo, y la segunda por estar ubicada en un lugar con bastante pendiente.
Sea por tanto conocida como Puerta de Monaita, o Bib al-’Unaydar, es decir, puerta de la erilla.
La Puerta Monaita tiene su acceso a través
de dos arcos de herradura ligeramente apuntados y unidos mediante una bóveda de medio
cañón. Esta estructura, que está apoyada en la
gran torre rectangular que la flanquea, da acceso a un patio en el que, formando una entrada en codo simple, estaría la puerta que da paso
a la alcazaba. Aunque de ésta no quedan apenas indicios parece que estaba situada en el frente Sur del patio.La fachada exterior tiene una altura máxima de 8,40 m y 42 cm de grosor en la parte
superior. Esta tiene su acceso mediante un arco
de herradura levemente apuntado, como efectivamente afirma Torres Balbás , realizado en piedra, con una altura máxima de 4,35 m, 3 m de
luz y 0,5 m de peralte. La rosca del arco tiene
2,40 m de alto circunscribiéndose a triángulo
equilatero de 2,80 m de lado; 4,35 m es la altura del arco hasta el intradós del mismo y 4,75
hasta el trasdós, con un alfiz rehundido realizado en ladrillo.
Este tipo de arco de herradura encuentra
sus orígenes en la Mezquita Omeya de Damasco, en el siglo VIII que según Pavón Maldonado un antecedente
más directo lo encontramos en al-Andalus, concretamente en la Mezquita Mayor de Córdoba de los siglo VIII y IX, siendo heredero del
de herradura visigodo.
El arco de herradura encuentra su prolongación en una bóveda de medio cañón hasta
encontrarse con otro igualmente de herradura. La bóveda de medio cañón realizada en
ladrillo rojo está reforzada por dos arcos fajones igualmente de ladrillo que soportan el peso
de la estructura y descansan sobre el muro
que tiene el mismo objeto, llevando el empuje de la bóveda hacia el suelo y aligerando el
peso de ésta, evitando así su derrumbe .
Los laterales existentes entre los arcos son de
ladrillo unidos mediante mortero de cal grasa,
lo que parece un revestimiento del tapial de la
estructura.
En los muros laterales del interior de la bóveda existen dos estructuras similares a bancos que
sobresalen del muro 35 cm bien conservadas
en su mitad este y de la que apenas quedan
indicios en su extremo oeste. La denominación de bancos es erró-
nea, ya que éste no es su objetivo, sino el de
elemento sustentante de las paredes laterales,
si bien es cierto que existen numerosos ejemplos de bancos ligados a puertas en el mundo
islámico útiles para el descanso del guardián de
la puerta o de algún ocasional transeunte. Este
no sería el caso aquí, ya que, como prueban las
gorroneras que aún se conservan en las dos
maderas longitudinales localizadas en los extremos de la parte interior del arco principal, la
puerta debía ser de dos hojas unidas a la pared
y abrían hacia el interior ocultando los bancos
y haciendo imposible su utilización como lugar
de descanso.
La entrada da acceso a un patio rectangular que, al no tener una puerta de entrada
enfrentada a la exterior, da lugar al tipo llamado puerta en codo sencillo. Dicha estructura
es una de sus principales características: la disposición de dos entradas formando un giro entre ellas mejora con creces el sistema más
común de dos puertas opuestas, menos eficaz
y mas costoso.
La función del sistema es estrictamente
defensivo, ya que al no estar la entrada en línea
recta, los enemigos están obligados a realizar
un giro que les frena. Aprovechando la situación las defensas atacarían de frente con mayor
ventaja sobre sus contrarios. El sistema del patio
se completa con un hueco abovedado en el lado
Este, junto al arco de ingreso a la alcazaba,
posiblemente como lugar de resguardo del
cuerpo de guardia.
Hay otros dos tramos de muralla unidos
formando un ángulo casi recto situados al norte
de la torre. El primer lienzo tiene una longitud
de 15,15 m, una altura máxima de 5 m y 4,5
m de mínima y su grosor es de 2,50 m. Está
totalmente restaurado y no se aprecia el material original, aunque aún se conservan los huecos del hipotético tapial. Está unido a otro tramo
que tiene una longitud de 4,82 m y una altura
de 4,80 m con un grosor de 2,50 m, situada
en dirección oeste. Se trata de un antemural o
barbacana, cuya función es puramente defensiva, ya que a la vez que protege y fortalece la
muralla principal, limita la zona de ataque de la
puerta. Éste, junto con el tramo orientado en
dirección norte-sur, paralelo a la Puerta de Elvira, obliga a los atacantes a desplazarse hacia el
espacio situado delante de la entrada; así es
más fácil su defensa desde la torre y murallas,
porque se estrecha la zona de ataque, que
ahora tiene que ser por la parte delantera de
la puerta Monaita. Esto, junto a la rampa, torre
y acceso en codo formaban un sistema defensivo muy completo y de gran eficacia. No debemos olvidar, que en el s. XI la de Monaita era
una puerta exterior, de acceso directo a la alcazaba de la ciudad, punto fuerte y residencia del
poder zirí. Su enorme fortaleza la constituye casi
como un hisn, capaz de controlar y defender
eficazmente este paso, incluso en momentos
posteriores, tras la constitución del arrabal del
Albaycin y la construcción de su muralla.
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