viernes, 30 de enero de 2015

SIRENAS.

Las sirenas son seres cuya mitad superior suele tener el aspecto de una bella mujer, mientras que, de la cintura para abajo, no presentan piernas sino una cola de pez. Su origen se remonta a la mitología griega, aunque las sirenas también han aparecido en la mitología y el folclore de distintas civilizaciones.
Pese a ser originarias del ámbito mitológico, con el paso del tiempo las sirenas se introdujeron en la esfera del folclore.leyendas y las creencias populares. Así, a lo largo de los siglos ha habido muchísimos avistamientos de supuestas sirenas, los cuales han ido disminuyendo su frecuencia con el avance del conocimiento científico y el retroceso de la superstición. No obstante, aún en el siglo XX se han dado avistamientos.
A la fecha actual no existe todavía evidencia contundente que haga pensar en la existencia de las sirenas; y, lo que en el pasado pudo haber sido tomado como evidencia (los cadáveres falsos creados por taxidermistas, por ejemplo), en términos generales ya se encuentra esclarecido. Pero a pesar de todo subsiste una pequeña chispa de duda, al punto de que algunos han hecho la especulación científica de que las sirenas podrían ser un eslabón perdido en la evolución humana; y otros, desde la pseudociencia o el esoterismo, han afirmado que las féminas acuáticas son un experimento genético de los extraterrestres, o un cierto tipo de entidad del otro mundo, ya se trate de espíritus, tulpas, o incluso demonios…
El antecedente de las sirenas está en unos seres con cuerpo de pájaro y torso o rostro de mujer (las arpías), así como una voz musical, atractiva e hipnótica. Es después cuando aparece la sirena que todos conocemos y que, al menos en lo que respecta a escritos aún conservados, aparece por vez primera en un famoso libro de Homero: La Odisea.
La historia de su origen (en la ficción mítica) es la siguiente: Océano se casa con su hermana Tethys y tiene varios hijos, tales como Nereo, Doris, Aqueleo o las Oceánidas, quienes eran tres mil y poblaron los mares.
Después hubo un nuevo incesto (la mitología está llena de incestos) entre Nereo y su bella hermana Doris, conocida como “la de hermosos cabellos”. De esa unión nacieron las cincuenta Nereidas, cada una con una misión especial y, muchas de ellas, futuras madres de héroes como Aquiles o Eaco.
Ahora, a las Nereidas también se les conocía como “ninfas del Mediterráneo” y “Ninfas del Mar Negro”, y se las representaba como mujeres hermosas, desnudas o semidesnudas. Como se ve, las Nereidas estaban estrechamente vinculadas al mar, lo cual permitió que, a través sobre todo de los poetas, se fuera creando la imagen de la ninfa que, en vez de piernas de mujer, tenía cola de pescado. Y claro: eso equivalía al surgimiento de la sirena, tal y como la conocemos.
En el Medio Oriente, las primeras historias de sirenas surgieron en la Asiria del 1000 a.C., y en ellas se representaba a las sirenas con cuerpo de pez y torso y rostro de mujer, tal como en la actualidad. Resulta de gran relevancia la leyenda mesopotámica narrada posteriormente por Diodoro Sículo (un historiador griego del s. I a.C.) expresados en términos de la mitología latina.
Tal leyenda cuenta que la diosa siria Derceto ofendió a Venus (diosa del amor) y ésta, en represalia, le inspiró amor hacia un pastor (poca cosa para una diosa). Entonces Derceto y el pastor acabaron procreando a Semíramis, una niña que llegaría a ser la reina de Babilonia… Paralelamente, Venus hizo que, al nacer su hija, el amor de Derceto por el pastor acabase abruptamente. Ante eso, Derceto se llenó de ira y amargura, abandonó a Semíramis, hizo matar al pastor y finalmente, en medio de su desesperación, se arrojó al agua para acabar con su vida y así librarse del sufrimiento. Sin embargo los dioses no querían que Derceto muera: ellos querían verla sufrir, y para eso necesitaban conservarla con vida… Fue por esa razón que, cuando Derceto se arrojó al agua, los dioses la transformaron en sirena.
Indagando en la esencia de la leyenda expuesta, tenemos que Derceto es el equivalente de Atargatis, una diosa siria que gobernaba los mares y a la cual se le consagraban peces y se le adoraba en templos llenos de grandes estanques.
En Irlanda se habla de los merrows, una especie cuya hembra es el equivalente a la sirena, excepto porque tiene membranas en las manos, son siempre hostiles a los humanos y tienen prendas mágicas que le permiten atravesar cualquier zona del mar, sin importar qué tan indómitas sean las corrientes marinas.
Según se dice en el folclore (inspirado en la mitología), un hombre puede quitarle la prenda mágica a una merrow, consiguiendo así que ésta se case con él y le dé parte de su riqueza (se cree que las merrows consiguen tesoros de los naufragios); aunque, si la merrow llega a encontrar la prenda (el hombre debe escondérsela para tener poder sobre ella), sentirá el llamado del mar y abandonará a su esposo y a sus hijos (que nacen como humanos normales) si los tiene…
En la mitología escocesa existe Ceasg, la “doncella de las olas”, una sirena especial cuya mitad inferior es de salmón. Según se dice, si la capturan ésta puede conceder tres deseos a cambio de su liberación; aunque, si un hombre se enamora de ella, ella lo arrastra a las profundidades del mar… 
Semejante al merrow, en el folclore escocés se habla de los selkies, una especie de hada marina que adopta forma de foca en el agua y, en tierra, se deshace de su piel de foca y toma forma de mujer. Nuevamente, aquí el hombre puede casarse con una selkie si encuentra la piel de foca y la esconde, siendo abandonado si la selkie encuentra la piel. Y, en caso de que tengan descendencia, los hijos tendrán membranas entre los dedos de los pies y/o de las manos.
Muchos cuentos de la mitología china hablan de las sirenas como seres maravillosos, hábiles y versátiles, como una especie cuyas lágrimas se transforman en perlas, y cuyas manos pueden tejer un material fino, hermoso y transparente. Gracias a eso, se cree que muchos pescadores intentaban capturarlas, pero nunca podían porque el canto de las sirenas lo impedía.

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