domingo, 14 de abril de 2013

FETURA MOHAMMED,LA VALENTIA DE UNA NIÑA.

En el pueblo de Genda Oromo del distrito de Kombolcha, en Etiopía, la niña Fetura Mohammed de 14 años de edad quedó atónita al enterarse de que su padre había concertado su matrimonio con un hombre mayor que ella.
“Me quedé helada cuando me comunicó sus planes, ya que mi única intención era terminar los estudios y tener mi propio trabajo antes de casarme”, afirmó Fetura. Añadió que tiene muy presente “los daños físicos y psicológicos que pueden llegar a sufrir las niñas que se casan prematuramente y la existencia de una ley que protege a las niñas contra los matrimonios prematuros”.
Fetura aprendió sus derechos y las leyes que tienen por objeto proteger a niñas como ella en una asociación escolar que sensibiliza a los alumnos sobre prácticas tradicionales nocivas, como el matrimonio infantil, la mutilación genital femenina y el matrimonio polígamo, que persisten donde ella vive. Según las tradiciones de su comunidad, seguir soltera a los 16 años o más se considera un tabú inaceptable que conlleva vergüenza y desgracia para la niña y sus padres.
Por otra parte, Kombolcha acoge uno de los Programas Locales de Derechos donde ActionAid Etiopía, un beneficiario del Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para la eliminación de la violencia contra la mujer, está promoviendo el conocimiento entre las mujeres para ayudar a afrontar el matrimonio infantil y otras formas de prácticas tradicionales nocivas. El programa también ofrece información sobre disposiciones legales y ayuda a las mujeres a organizarse en grupos de vigilancia. A través de estos grupos de vigilancia, las mujeres se han movilizado colectivamente junto a líderes tradicionales o religiosos, asociaciones escolares e instituciones locales para sensibilizar a la opinión pública sobre el matrimonio infantil, la identificación de estos casos y la reparación legal.
Fetura intentó con todas sus fuerzas convencer a su padre para que no la obligara a casarse y que le permitiera finalizar los estudios, pero su respuesta fue contundente: “enseñar a una niña no tiene ningún mérito”. Su frustración la impulsó a tomar la iniciativa e informó a amigos que eran miembros de la asociación contra las prácticas tradicionales nocivas y a sus profesores. Las intervenciones del director de la escuela fracasaron, puesto que el padre de Fetura insistía en que tenía derecho a hacer lo que quisiera con su hija.
Entonces sus profesores se unieron a otros grupos de vigilancia formados por mujeres y a líderes locales del kebele, quienes llevaron el caso al tribunal del distrito. Fetura testificó valientemente contra su padre, a quien el tribunal informó de los derechos de las niñas a la educación y a una vida sin violencia, de la edad legal para el matrimonio y de las consecuencias legales del matrimonio infantil. Finalmente se consiguió convencer al padre, tras lo cual permitió a la niña continuar sus estudios.
Desde que se iniciara el proyecto de ActionAid en 2009, se ha formado a un total de 655 mujeres, organizándolas en 78 grupos de vigilancia en 10 distritos de Etiopía. En Kombolcha, los 17 grupos de vigilancia de mujeres colaboran con líderes locales, asociaciones escolares y fuerzas del orden público para poner fin al matrimonio infantil; para ello, cuestionan las creencias tradicionales que sirven para justificarlo. Como resultado, algunos de los líderes tradicionales varones que solían tolerar la práctica ahora trabajan para su erradicación, desempeñando un papel fundamental como agentes del cambio. Shek Mohamed Hassen, un líder musulmán del distrito de Kombolcha, solía celebrar matrimonios infantiles sin comprobar si la mujer había cumplido la mayoría de edad.
Esto ha cambiado completamente, ya que afirma: “Lo primero que se debe preguntar es la edad de la niña. Si tiene menos de 18 años, no permito el matrimonio. Si está estudiando, pido su tarjeta escolar para certificar su edad. Si esta tarjeta no existe pregunto a sus padres cuándo nació la niña. Si tiene más de 18 años y desea casarse con el hombre, permito el matrimonio”.
En las escuelas, ActionAid apoya a las asociaciones contra las prácticas tradicionales nocivas para que refuercen el papel de los niños varones en su rechazo al matrimonio infantil. Las asociaciones colaboran y se implican con la administración escolar, grupos de vigilancia formados por mujeres y la policía local para identificar matrimonios infantiles concertados, especialmente entre niñas que ya han sido escolarizadas, y respaldar el proceso de reparación legal.
“Estoy recomendando a mis amigas que no abandonen los estudios y defiendan sus derechos mediante gestos valientes, tal como hice yo”, afirma Fetura, que ahora tiene 16 años y estudia en la escuela construida en su pueblo con el apoyo de ActionAid. “También he empezado a participar en eventos de sensibilización de niños varones que reciben la ayuda de ActionAid para combatir el matrimonio precoz, la violencia y otras formas de prácticas tradicionales nocivas dirigidas a mujeres y niñas porque no quiero que a mis hermanas y amigas les pase lo que me sucedió a mí. Gracias a ActionAid, los niños varones se han unido a nosotras en la lucha por nuestros derechos”.
Al igual que Fetura, otras niñas de los 10 distritos de Etiopía donde actúa ActionAid, están defendiendo sus derechos y tomando medidas para poner fin al matrimonio infantil y otras prácticas tradicionales nocivas en sus comunidades. Saben que deben ser valientes, pero también son conscientes del apoyo de sus comunidades y de que ahora es el momento para eliminar definitivamente el matrimonio infantil.

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