Curiosamente es uno de los pocos oficios que tienen la particularidad de ser ambulante, los que tenemos una edad podemos recordar aquellos afiladores que llevaban un carro muy peculiar, se trataba de una gran rueda de madera con llanta metálica, que giraba gracias a la acción del pie del afilador sobre un gran pedal de madera y hacía girar una muela de un grano muy fino, además refrigeraba la pieza que afilaba con un chorrito de agua.
"¡El afiladooooor..!" hace unas décadas estas dos palabras se escuchaban, junto a un característico sonido, en las calles de toda España. Las profesiones y los trabajos, sin embargo, cambian y se adecuan en función de las necesidades del mercado. La tecnología, la competitividad y la falta de tiempo hacen que la mayoría de los trabajos que requieren un esfuerzo manual sean reemplazados por la industria, por lo que ante este vertiginoso ritmo, el afilador ha desaparecido casi por completo de las ciudades. Su característica melodía suena ya a nostalgia, ya que no existe generación de relevo que pueda continuar el oficio de los afiladores que, paulatinamente, van llegando a la edad de la jubilación.
El afilador avisaba al vecindario que había llegado, rozando un trozo de plancha de hierro sobre la llanta de la rueda, cuando ésta estaba girando, el resultado era un silbato muy estridente y característico, el afilador se paraba delante de las casas y esperaba un rato para que, empujados por el reclamo del sonido, salieran hombres y mujeres a hacer sus encargos. Había afiladores que complementaban su actividad con el arreglo de paraguas e incluso tapaban agujeros en cazuelas y ollas.
Afilar cuchillos o tijeras puede parecer sencillo, pero esta profesión requiere algo más que una buena piedra; para realizar un buen trabajo, el afilador debe poseer cualidades como experiencia suficiente, buen uso del tiempo y un gran interés por el detalle. Asimismo, es esencial manejar las claves de la negociación: Precisamente, el negociar es una de las características que hacen del afilador una profesión con temple, ya que desde la más temprana edad los afiladores aprenden a comerciar y obtener todo tipo de pago, con el único fin de sobrevivir.
Con el paso de los años hubo progresos, los carritos se empezaron a cambiar por bicicletas y más adelante por motos equipadas en su parte trasera con un motor que hacía girar la piedra de afilar, la evolución también llegó con la forma de hacer saber su presencia, el nuevo sistema, una especia de flauta - silbato, llamada “bufacanyes” o flauta de pan con forma de arpa, pero de plástico, que también da un sonido muy particular.
Otra curiosidad es el origen de los afiladores, mayoritariamente eran originarios de Galicia, sobre todo de la provincia de Ourense. Hay un dicho que dice "Ourense tierra a chispa" haciendo referencia a la chispas que hacen los afiladores cuando afilan un cuchillo o herramienta de corte. Oficio duro, tiene que pensar que cada día visitaban varios pueblos y se quedaban a dormir en el pueblo en que se les hacía de noche para el día siguiente poder seguir el camino. Sus clientes potenciales eran sastres, carniceros, pescaderos, agricultores y particulares. Antiguamente, antes de que aparecieran los afiladores la tarea de afilar la hacían sólo los herreros, pero la comodidad la daba el afilador que venía a la puerta de tu casa, hizo que los herreros se quedaran sin trabajo de afilar, sin embargo había herramientas sobre todo del campo escarpes o punzones, que cuando estaban melladas antes de afilar se tenían de tratar en la fragua la operación consistía en calentar la pieza en la fragua hasta el punto que el hierro se pusiera de color rojo cereza y luego repicar con el martillo la pieza mellada sobre el yunque hasta rehacer el área del corte dañada, para hacer este trabajo el afilador no tenía medios para hacerlo.
Actualmente, afiladores ambulantes no creo que queden muchos, la actividad ha quedado muy limitada, sin embargo aún se puede encontrar alguna tienda que te puedan solucionar el problema, y donde además de afilar puedes comprar cuchillos y otras herramientas de corte nuevas.
Otra imagen que hoy ya no se da era cuando los carniceros o pescaderos iban a hacer un corte, rozaban el corte del cuchillo con una barrita redonda, de hecho era una piedra de esmeril de un grano muy fino, lo hacían para de tener el corte del cuchillo con una calidad óptima. Actualmente los aceros que están hechas las herramientas de corte son de muy buena calidad y ya no hay que hacerlo.
La sociedad de consumo con el principio de usar y tirar, ha perjudicado este oficio que está basado en el aprovechamiento de la herramienta, que cuando ha perdido su función de cortar debido a su uso, antes que afilarlo, se tira.
Muy bien recordada esta ocupación ambulante ya desaparecida que recordamos quienes ya pasamos de los ochenta.También en Colombia existía. Y me la hizo recordar una canción que decía más o menos: "Afilador no abandones tu quehacer, dale que dale a la rueda que con tanta chispa no se acabará....Yo busco una novia para compañera y si es que la encuentro yo juro quererla.....
ResponderEliminarANDATE A LA RECONCHA QUE TE PARIO CHE!
EliminarQUE INMADURO DE TU PARTE BOLUDO
Eliminardurante 20 años fui afilador, mi padre de corazon fue afilador durante 50 años hasta que el fallece, ahora de esa camada solo queda uno y se llama juan carlos acosta vive en bernal buenos aires.
ResponderEliminarojala puedieramos declara el dia nacional del afilador el 27 de junio.dia en que nacio pedro ovejero afilador por 50 años.
Que ilusión me ha dado buscar el oficio de mi abuelo en Google y dar con este blog. Y justo ua imagen suya 9 años después de su muerte. Mi abuelo es el señor de la segunda imagen. Me gustaría ponerme me contacto con quien realizó tal homenaje a este oficio. Y poder hablar con el. Muchas gracias de verdad. Estamos toda la familia emocionada.
ResponderEliminarno es un oficio perdido , yo un chavo de 20 años aun afilo cuchillos y tijeras y voy silbando con una flauta especial o silbato
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