lunes, 4 de marzo de 2013

LA ISLA DE ALBORAN

La isla de Alborán presenta las características más sobresalientes de entre todas las ínsulas almerienses. La misma dista 55,5 km del cabo Tres Forcas en Marruecos y 85 Km. de Punta Entinas en Almería, las localidades de ambos continentes más cercanas al enclave.Desde una perspectiva aérea tiene forma de triángulo isósceles cuya base se sitúa al Sudoeste y su ángulo menor hacia el Noroeste; su longitud y anchura máxima son de 605 y 265 metros respectivamente, ocupando una extensión aproximada de 71.200 m2.
La superficie emergente es eminentemente plana y alcanza una altitud máxima de 15 m s. n. m., con acantilados que la rodean en casi todo su perímetro, los cuales están horadados por diversas cuevas más o menos profundas; se encuentran fuertemente erosionados por la acción marina, siendo frecuentes los desplomes, formando singulares estructuras pétreas. En sus inmediaciones se sitúan el islote de La Nube y otros pequeños roquedales.
Existen tan sólo dos pequeñas playas que se han formado al amparo de sendos embarcaderos, situados a Poniente y Levante en la vertiente Sur
Entre las escasas infraestructuras con las que cuenta el islote destaca su faro del Siglo XIX, siendo el edificio más importante e identificativo del mismo; su base está formada por un complejo construido en piedra y sillería. Desde 1860 ha estado habitado de forma regular por fareros, de cuya existencia quedan como testimonio las tres tumbas que aparecen en el pequeño cementerio de la Isla, fuera del cual existe otra que según algunos autores correspondería a Al - Borany, corsario tunecino que dio nombre a la misma.
Actualmente, el faro de Alborán está totalmente automatizado y se alimenta a través de energía solar, dependiendo su mantenimiento de la Autoridad Portuaria de Málaga. Entre el resto de las construcciones destacan un barracón prefabricado del destacamento de Infantería de Marina, una granja, un mirador con una placa conmemorativa del destacamento naval de Alborán, dedicada a sus jefes fallecidos en acto de servicio, un helipuerto que permite la comunicación aérea, un campo de fútbol, algunos caminos de tierra, un observatorio sísmico y un escudo de la Armada Española visible desde el aire.
Carece de agua potable, salvo la de los aljibes que son abastecidos regularmente por barcos militares. Cabe destacar que la Isla es punto de enlace del cable telefónico submarino que une a las ciudades de Almería y de Melilla. La isla es de soberanía española y está adscrita administrativamente al Ayuntamiento de Almería, en concreto a su distrito 3º, como aparece reflejado en una Real Orden de 1884. Actualmente cuenta con un pequeño destacamento permanente de la Armada.
La Isla de Alborán es un testigo geológico del primitivo Macizo Bético-Rifeño que hace más de 300 millones de años, durante el Paleozoico, permanecía emergido en la vertiente occidental del Mar de Tethys, uniendo los primitivos Continentes Europeo y Africano.
El promontorio pertenece a la cordillera submarina que divide al mar de Alborán en dos cuencas, una Oriental y otra Occidental. Su suelo está compuesto por andesitas piroxénicas, rocas características de las emisiones magmático eruptivas, recubiertas por depósitos más recientes de arenas finas y gruesas, arcillas y limos. Algunas de estas andesitas presentan una variedad única, rica en calcio, sin olivino y con incrustaciones de hiperstena, la alboranita, mineral descubierto por Becke en 1899. Entre otros minerales presentes que aparecen en la constitución de sus arenas y rocas destacan la augita, la calcedonia, la hornblenda, la magnetita, la goethita, el hematite o la ilmenita.
Su origen es reciente y tuvo lugar a partir de las manifestaciones volcánicas que acontecieron en el área durante los plegamientos alpinos del Mioceno y Plioceno, a partir de los cuales apareció la isla como resto de una caldera explosiva. Posteriormente sufrió procesos de inmersión, como lo ponen de manifiesto los sedimentos marinos que aparecen en su superficie. Los fondos que la bordean, rocosos y muy abruptos, descienden en fuertes pendientes hasta alcanzar los 60 metros de profundidad, donde son sustituidos por la plataforma continental, que rodea y separa a la localidad de simas de hasta 1.500 m de profundidad. Desde entonces, esta ínsula sufre un proceso irreversible tanto de desgaste erosivo, como de desplome dentro de la cordillera submarina sobre la que se asienta, que acarrea un lento pero constante e inexorable hundimiento de su superficie.
El clima de tipo subtropical mediterráneo desértico es muy seco y está expuesto a vientos de poniente y de levante, destacando los procedentes del Sáhara que acentúan aún más su aridez. Sin embargo, hay que señalar la influencia directa de la humedad aportada por el mar o maresia que condiciona el ralo tapiz vegetal que aparece en la superficie de la isla.Las especiales características climáticas y edáficas del área con suelos arenosos sin apenas capacidad para retener agua, así como las visitas y poblamientos humanos, han influido directamente en la dinámica poblacional de su tapiz vegetal y de su fauna.
Desde los primeros estudios botánicos del siglo XIX hasta la actualidad se han clasificado 20 taxones de flora vascular, algunos desaparecidos, según un reciente trabajo. Entre estas especies cabe destacar la presencia y abundancia de Frankenia corymbosa. Entre los endemismos se encuentran algunas compuestas como Senecio alboranicus y Anacyclus alboranensis, así como la crucífera Diplotaxis siettiana.
Entre los invertebrados terrestres se han catalogado tres nemátodos, dos de ellos exclusivos de Alborán (Tylenchorhynchus alboranensis y Tylenchorhynchus aerolatus), un molusco, siete arácnidos, cinco crustáceos, dos miriápodos y, principalmente, 36 insectos, destacando dos escarabajos, Erodius proximus y Zophosis punctaca alborana, a los que se considera como elementos endémicos de la isla. El geco magrebí (Saurodactylus mauritanicus), ya extinto, y la salamanquesa común (Tarentola mauritanica) son los únicos reptiles citados en la isla, aunque todos los indicios indican que se corresponden con elementos introducidos accidentalmente en desembarcos recientes, colonizaciones involuntarias también aplicables a mamíferos como el ratón.
La presencia en semilibertad de aves y mamíferos domésticos para su consumo por parte de la guarnición militar, como gallinas, faisanes, conejos y cerdos debería estar estrictamente controlada por el daño potencial que pueden causar a la escasa flora insular.
La riqueza de los fondos submarinos de Alborán escapa a un trabajo de síntesis como este, aunque destacan las 1.800 especies vegetales y animales descritas, la lapa ferrugínea (Patella ferruginea), especie endémica en peligro de extinción de la que apenas queda un centenar de ejemplares en la isla, las grandes praderas de laminariales, las cuales indican la influencia de las aguas atlánticas, o los ricos fondos de coral rojo (Corallium rubrum), esquilmados durante años.
Historia

La Isla de Alborán pertenece al Estado Español y administrativamente al Ayuntamiento de Almería, en concreto a su distrito 3º, como aparece reflejado en una Real Orden de 1884, así como en la Colección Legislativa de la Armada de dicho año.
El nombre de la Isla procede supuestamente al corsario tunecino Al - Borany que, como tantos otros piratas berberiscos, utilizó este islote como lugar de refugio y fondeadero para el asalto de multitud de incautos navíos, así como punto de partida en sus tropelías sobre las costas mediterráneas de la Península Ibérica.
El uno de octubre de 1540 tuvo lugar una sangrienta batalla junto a la Isla, que ha pasado a la historia con el nombre de Combate Naval de Alborán. La escuadra de galeras de España al mando de Bernardino de Mendoza esperó, refugiado en la Isla de Alborán, la llegada de una flotilla de corsarios berberiscos compuesta por 16 buques con una tripulación de más de 2.500 hombres, distribuidos entre galeras, galeotes y fustas, al mando de los jefes Caramamí y Alí Hamet, antiguos aliados del pirata Barbarroja, que habiendo partido en agosto desde Argel regresaban a puerto tras haber saqueado Gibraltar.
La batalla se zanjo con el hundimiento de un navío berberisco y el apresamiento de otros 10, dándose a la fuga el resto. Durante la cruenta lucha murieron más de 630 personas resultando heridas otras 500.
Entre las anécdotas relacionadas con la Isla, destaca la concesión el 1 de abril de 1950 por parte del General Franco, del título nobiliario de Marqués de Alborán al Almirante D. Francisco Moreno Fernández, quien fue nombrado Capitán General del Ferrol en 1939, cargo que desempeñó hasta su fallecimiento. El 3 de noviembre de 1982 se expidió Real Carta de sucesión a favor de D. Francisco Moreno de Alborán y de Viena.
En la década de los sesenta acontecieron varios intentos de asentamiento ilegal en la Isla por parte de pescadores de la entonces Unión Soviética, situación que condujo al Gobierno español al establecimiento permanente de un destacamento de Infantería de Marina. Actualmente, el control de estas “incursiones”, dentro de territorio español, no están vinculadas a los valores estrictamente militares, como punto geoestratégico de control del tráfico marítimo entre el Mediterráneo y el Atlántico, sino a intereses económicos derivados de la riqueza pesquera de sus caladeros, codiciada por países del Norte de África como Marruecos y Argelia.
Esta situación ha determinado la reciente decisión del Ministerio de Defensa de dotar de nuevo a la Isla de un pequeño destacamento permanente de la Armada, tal y como se había mantenido hasta el inicio de la década de los noventa.
Esta situación de “ocupación” militar supone indirectamente una garantía para la protección biológica de la Isla ante el “asalto” permanente de curiosos.
Desde hace varias legislaturas el Ayuntamiento de Almería ha pretendido realizar plenos en la isla y en la actualidad se está evaluando un posible aprovechamiento turístico por parte del mismo y de la Junta de Andalucía. Estos y otros alardes de fantasía ponen de manifiesto la falta de conocimiento en cuanto a las alteraciones que puede suponer una “invasión controlada” de políticos, prensa y “turistas ambientales”. Durante 1993-95, la ausencia de la guarnición militar permitió la visita lúdica a la isla, estando a punto de desaparecer la lapa ferrugínea (Patella ferruginea) como recuerdo de los visitantes, de la misma forma que casi desapareció de las costas de Cabo de Gata entre el marisqueo y el comercio a coleccionistas.
No todo es susceptible de ser visitado si lo que se persigue es la conservación y protección real de este espacio. Este tipo de visitas ha de estar absolutamente restringida a los expertos que están estudiando la zona desde hace años, no para que el político de turno llegue ha hacerse la foto de rigor, con una cohorte de fotógrafos. Al igual que no se visitan otros lugares como la geoda gigante de Pulpí, se deben de establecer medidas rigurosas para evitar a toda costa que nadie pise este santuario de la naturaleza y dejar (siempre con instrucciones claras) a nuestros militares que custodien la zona.
Durante la última década, la isla de Alborán ha sido declarada Reserva Marina y Reserva de Pesca por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (actualmente se ha modificado el nombre siendo el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino); Paraje Natural por la Junta de Andalucía; ZEPIM (Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo); y ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) ES0000336 con 26.456 hectáreas.

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