lunes, 11 de marzo de 2013

FRASES HECHAS: " IRSE POR LOS CERROS DE UBEDA "

Irse por los cerros de Úbeda.

Una de las razones por las que el ser humano es tal, es decir, reviste humanidad, es la capacidad para comunicarse con sus semejantes. Nada, absolutamente nada, en un idioma, es fruto de la casualidad. Cada palabra, cada expresión que empleamos en nuestro día a día, tiene una historia detrás. Nuestra lengua, tal y como la conocemos, se ha ido forjando a lo largo de muchos siglos.
Las frases hechas siempre tienen alguna explicación que justifique su utilización. Es el caso, por ejemplo, de la expresión “irse por los cerros de Úbeda“. Hasta donde sabemos, Úbeda es una fascinante localidad jienense de encomiable belleza declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Úbeda fue, además, el escenario de uno de los más decisivos episodios de la Reconquista, episodio que dio lugar a tan socorrida construcción lingüística.
La frase a la que nos referimos acaeció tan sólo unos cuantos años antes de la batalla de las Navas de Tolosa y a unos pocos kilómetros del lugar donde se produjo el enfrentamiento entre cristianos y Almohades. Corría el año 1233. Antes de un combate que habría de cobrarse multitud de víctimas, Álvar Fáñez, uno de los hombres de confianza del rey Fernando III El Santo, desapareció sin dejar rastro.
Apareció tras la contienda y, tras ser cuestionado acerca de la naturaleza de su desaparición, “el Mozo” (tal era su apodo) alegó que “se había perdido entre los cerros de Úbeda”.
Como la confianza nunca ha sido una de las mayores virtudes del ser humano, pronto empezaron las cábalas y las suposiciones que señalaban que no se trataba más que de una excusa para no reconocer su falta de coraje. Los más románticos (o imaginativos) lo hacían en una cita con una mujer. Y este, sólo éste, es a todas luces el motivo por el que, cuando alguien intenta esquivar un tema o conversación, se le reprende diciendo: “te estás yendo por los cerros de Úbeda”.

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