miércoles, 27 de febrero de 2013

EL SINDROME DE ESTOCOLMO

En algunas ocasiones, cuando se informa de algún secuestro y el rehén es liberado se habla de que padece el ‘Síndrome de Estocolmo’ ¿Dónde surgió esté término y cuál es su significado?
El «síndrome de Estocolmo» es la reacción por la que una víctima de un secuestro, o retenida en contra de su voluntad, desarrolla una relación de complicidad y empatía con quien la ha secuestrado. Como es obvio, dicho síndrome debe su nombre a la capital de Suecia y surgió en un atraco que se perpetró el 23 de agosto de 1973 en el banco Kreditbanken, situado en dicha ciudad y que mantuvo en vilo a la población durante seis largos días.
Fue el primer evento criminal retransmitido en vivo por la televisión en Suecia. Los acontecimientos se fueron desarrollando de la siguiente manera.
Jan Erik Olsson entró en la entidad bancaria con el ánimo de efectuar un robo, pero enseguida se complicaron las cosas en el interior del banco y se atrincheró en él, reteniendo a varias personas que en ese momento se encontraban allí.
La policía actuó con rapidez y contundencia, lo que provocó un tiroteo en el que resultó herido un agente.
Olsson tomó cuatro rehenes y exigió que se llamase a su amigo Clark Olofsson y lo dejasen ir hasta allí. Olofsson era un delincuente reincidente y, tras mucho deliberar, el gobierno aceptó la petición, esperando que este hiciera de intermediario.
Las otras peticiones del atracador fueron un rescate de tres millones de coronas suecas, dos pistolas, chalecos antibalas, cascos y un coche.
Durante los seis días que duró el cautiverio, varios fueron los contactos que se realizaron desde la presidencia del gobierno con el captor.
El propio Olof Palme, primer ministro del país, recibió dos llamadas. La primera por parte de Olsson y su compañero en la que se le advertía de que matarían a los rehenes en caso de no ser satisfechas sus peticiones.
La otra llamada sorprendió a todo el mundo. La interlocutora se llamaba Kristin Ehnmark y era una de las personas retenidas en el interior del banco.
Kristin comentó a Palme su descontento de cómo estaba gestionando la policía el asunto y criticó la contundente forma de repeler el atraco.
Pidió que dejasen salir de allí a los atracadores y que estos pudiesen llevarse consigo a los rehenes.
El 28 de agosto la policía entró en el banco tras lanzar gas al interior y detuvo a Olsson y Olofsson, dejando en libertad a los cuatro rehenes. Kristin Ehnmark se negó a colaborar con la justicia y a declarar en el juicio contra sus captores.
Un periodista aseguró haber visto besarse a la mujer con uno de los atracadores.
El criminólogo Nils Bejerot acuñó el término síndrome de Estocolmo para referirse a esta conducta y, desde entonces, se utiliza para cualquier situación en la que los rehenes se sienten identificados con sus captores.

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